jueves, 15 de octubre de 2015

UN HERMOSO RECUERDO, LUEGO DE MÁS DE 20 AÑOS

El recuerdo permanece en mi memoria pese al paso de tantos años , justamente 24, los que no pudieron borrar la experiencia que viví junto a Juan, a sus 10 años por aquel entonces.
Ya habíamos ido varias veces a cazar juntos, cuando una tarde volviendo del campo, me preguntó Juan, cuando iba a poder tirar "un tiro" con mi escopeta Beretta calibre 16 yuxtapuesta que había comprado mi Padre y que cuando decidió ir a cazar a otros campos, me quedó a mi con un bagaje de experiencias cinegéticas , que pudimos vivir juntos.
La taba de la vida se había dado vuelta y se ponía de mi lado para repetir la experiencia del inicio de un  hijo en esta" pasión que es la caza".
Intentamos que empuñara la 16 varias veces, pero no daba el largo de la culata y el dedito indice para poder gatillar, creo que apenas pasaba su altura unos pocos centímetros el largo de la Beretta. Me sentía orgulloso por su deseo de practicar una actividad, que  yo tanto amo.
Se aproximaba la temporada de caza y decidí comprar cartuchos en una armería que quedaba en el camino del trabajo a casa, bajé del auto,  entré y luego de saludar me dirigí al mostrador donde estaban los cartuchos, realicé la compra y  camino a la salida del local, miré las escopetas expuesta en un corto exhibidor, en el cual sobresalía un caño fino y largo, lo que motivó mi pedido de ver que escopeta era. El  vendedor la tomó en sus manos y me la dió, diciéndome que era corta para mi,sumado a ello era un calibre chico y que solo servía como para iniciar en la caza a un chico.Qué gran idea me dió!
Pasaron unos pocos días y concurrí con Juan a la armería, con la excusa de comprar algunas caja más de cartuchos y con la complicidad del vendedor, quien sacó la escopetita y colocándola  frente a los ojitos  de Juan , quien la miraba de una punta a la otra y vastó decirle, tomala! que Juan ya la había calzado y apuntaba a la luz, ja que momentoo!!! que orgulloso me sentía y la alegría que sentía Juan al empuñar la Bayard calibre 36 inglés, creo que correspondería en la actualidad al calibre 410.Fue un momento único cuando le pregunté si le gustaba y con un SI grandote, cerramos la compra de su primer escopeta.Su alegría era mi felicidad.
Llegó la temporada y quien podía frenar su deseo de caminar por el campo con su Bayard, fue así que nos sentamos a charlar sobre las reglas a respetar para utilizar un arma y fue así que salimos a caminar,él con su escopeta y un cartuchito  en la mano, mientras yo lo acompañaba a 1 metro detrás de él y a su derecha, sin mi arma supervisando cada uno de sus movimientos.
Ya en campo abierto, le dí la orden de cargar y aprestarse al trabajo de Lila, una cachorra "semi-Bretona" color negro azulada, muy flaca, que trabaja de modo incomparable.Así fue que la perrita paró, marcó y levantó la primera perdiz, pero de la escopeta de Juan no salía el tiro y lo más grave era que él ni siquiera amagaba a hacer puntería y así salió una y otra, hasta que a la cuarta o quinta que volaba me encontré haciendo algo que no debía, fue decirle TIRAA !!.Pobre hijo, se dió vuelta y con algunas lágrimas asomando  y ante mi pregunta del porqué no tiraba ?, me abrazó diciéndome que sentía MIEDO ! Qué momento.
Una vez calmado, le dije que no importaba y que mejor íbamos a hacer otra cosa, caminamos hasta el auto y sobre un árbol caído cercano, pusimos unas latas viejas y  oxidadas, que una vez dispuestas frente a nosotros, encaramos un juego de puntería, que tenía como premio un helado,que con gusto pagué yo, como correspondía.
Pasaron los años, exactamente 24 y han dejado como resultado que Juan, heredó de mi padre su exacta puntería, que en más de una vez despertó  una exclamación de mi parte, por sus tiros lejanos , tranquilos y precisos .De mi, heredó unicamente "LA PASIÓN POR LA CAZA" ya que sobre la puntería era reflejarse en un Cazador 6 a 7 puntos de certeza.