A llegar la tardecita, el cansancio y el desorden, hacen que el limpiar las piezas, ponerlas en la cogotera y ordenar el auto, sea el momento más tedioso de la jornada de caza.Todo se minimiza cuando sobreviene el recuerdo y la charla de cada uno de los tiros errados y pegados, sin duda todo ello coronado con una sonrrisa placentera por lo disfrutado.
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